Ahora quiero comunicar a mis amigos la verdad. No me importó que os fuerais sin mí. Estoy seguro de que no lo hicisteis a propósito. La duda me surge sobre las cavilaciones que mantuvisteis cuando mi ausencia se materializó. Quién de vosotros propuso dar la vuelta, quién se negó, independientemente de los argumentos que unos y otros esgrimisteis. No me importa, porque soy plenamente consciente de que la amistad que nos ha unido, a partir de ahora, ya no podrá llamarse así. No siento amargura ni resentimiento; solo tengo la certeza de que os convertiréis en un recuerdo que no me causará dolor. Seréis, más bien, un conjunto de anécdotas simpáticas, aunque, si la ocasión lo permite, quizá mencione también algunas de vuestras conductas reprobables. En conjunto, los cuatro erais unos amigos estupendos; uno a uno, los comentarios sobre vosotros no serían unánimes. Sin embargo, no es mi intención personalizar, resaltando lo bueno y lo malo de cada uno. Prefiero conservar la armonía del...
Comentarios
Publicar un comentario