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Mostrando entradas de agosto, 2024

Lúa

PRIMERA PARTE: LA HUIDA I. La noche caía negra y densa sobre el monte de encinas. Una lluvia de fino hielo se desprendía despacio de las nubes preñadas de temor. Por el camino que descendía al pueblo, un muchacho, con sus ropajes inflados por un viento impúdico, acompañaba a unas vacas ateridas que chorreaban gotas de leche que, al contacto con el suelo, se convertían en hielo. Bordeando el mismo camino, cual fantasma, Lúa, una perrita, igual de negra que la noche, ascendía hacia El Encinar. Cuando el vaquero se aproximaba a las primeras casas, la perrita se encaramó en una gran piedra y contempló desde la lejanía al muchacho, su amo. «Adiós, Carlitos». La última vaca de la piara, volvió la testa y, triste, emitió un largo bufido. — Vieja, ¿qué te pasa? —dijo Carlos, dándose la vuelta y sintiendo solo la noche. Con el hocico pegado al suelo y la cola barriendo sus huellas, continuó la perra. Al finalizar el camino, en el borde mismo del monte, husmeó la presencia de un hombre